martes, 1 de diciembre de 2009

Adviento

CAMINO DE ADVIENTO

SIGNIFICADO DE LA CORONA DE ADVIENTO

En muchas casas vemos que antes de Navidad ponen como centro de mesa una corona con velas. Además de ser un elemento decorativo, esta corona anuncia que la Navidad está cerca y debemos prepararnos.

La costumbre es de origen pagano, esta corona representaba el ruego al sol para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los cristianos, para prepararnos a la venida de nuestra LUZ y VIDA, la Natividad del Señor, aprovechamos esta "Corona de adviento" como medio para esperar a Cristo y rogarle infunda en nuestras almas su luz.

El círculo es una figura geométrica perfecta que no tiene ni principio ni fin La corona de adviento tiene forma de círculo para recordarnos que Dios no tiene principio ni fin, reflejando su unidad y eternidad. Nos ayuda también a pensar en los miles de años de espera desde Adán hasta Cristo y en la segunda y definitiva venida; nos concientiza que de Dios venimos y a Él vamos a regresar.

El follaje verde perenne (que puede ser de ramas de pino, oyamel o hiedra) representan que Cristo está vivo entre nosotros, además su verde color nos recuerda la vida de gracia, el crecimiento espiritual y la esperanza que debemos cultivar durante el Adviento.

Las cuatro velas representan los cuatro domingos de Adviento. Las tres primeras que se encienden son de color morado para recordarnos el espíritu de vigilia, penitencia y sacrificio que debemos tener para prepararnos a la llegada de Cristo. La última es de color rosa o blanco y manifiesta la alegría de que el nacimiento del Señor está muy cerca. El día de Navidad las velas moradas son substituidas por otras de color rojo que simbolizan el espíritu festivo de la reunión familiar. En algunos todas las velas se substituyen por velas rojas y en el centro se coloca una vela blanca o cirio simbolizando a Cristo como centro de todo cuanto existe.

La luz de las velas simboliza la luz de Cristo que desde pequeños buscamos y que nos permite ver, tanto el mundo como nuestro interior. Cuatro domingos antes de la Navidad se prende la primera vela. Cada domingo se enciende una vela más. El hecho de irlas prendiendo poco a poco nos recuerda como conforme se acerca la luz las tinieblas se van disipando, de la misma forma que conforme se acerca la llegada de Jesucristo que es luz para nuestra vida se debe ir esfumando el reinado del pecado sobre la tierra. La luz de la vela blanca o del cirio que se enciende durante la Noche Buena nos recuerda que Cristo es la Luz del mundo. El brillo de la luz de esa vela blanca en Navidad nos recuerda como en la plenitud de los tiempos se cumple el “ADVIENTO DEL SEÑOR”.


EL CAMINO DE ADVIENTO

Tenemos cuatro semanas para acompasar el tiempo de espera, cuatro semanas para preparar la casa para este gozoso acontecimiento.En nuestro entorno ya hay muchas señales que anuncian la Navidad: guirnaldas luminosas en las calles, escaparates iluminados por mil focos, publicidad en vallas y televisión...
¡Cuánta luz por todas partes!Claro, muchas de esas luces son puro comercio o folclore. Pero tienes que ahondar un poco...Este folleto quiere acompañarte para buscar otra LUZ:
- la que no entra en tu casa si no le abres enteramente las ventanas de tus ojos, de tus oídos, de tu corazón...- la que recibimos como un regalo y que después regalamos,
- la que jamás se apaga,
- la que ilumina toda la vida,
- la que se llama: Jesucristo, Luz del mundo.
Llegó el momento de vivir el Adviento.
¿Quieres ser con nosotros un buscador de luz?


PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 21, 25-36
Jesús hablaba de su venida a los discípulos:
«Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. La gente enloquecerá por el estruendo del mar y de las olas. Los hombres se morirán de terror por las desgracias que caerán sobre el mundo, pues los astros se tambalearán.
Entonces aparecerá el Hijo del Hombre viniendo en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, animaos y alzad la cabeza. porque se acerca vuestra liberación. Estad atentos para que vuestro corazón no degenere en el desenfreno, la borrachera y las preocupaciones de la vida; que ese día no os sorprenda de repente.
Caerá sobre todos los hombres de la Tierra como un lazo. Seguid despiertos y orad sin desfallecer: así podréis escapar a lo que está por llegar y os mantendréis en pie ante el Hijo del Hombre».

Jesús nos invita a estar vigilantes, a no dormirnos, a permanecer despiertos. No hay que estar esperando sin dar golpe. Se trata de comprometerse, de sentirse responsables.¿Qué puedo y quiero hacer esta semana para seguir despierto?

ORACIÓN
¡Oh Dios! cuando creaste el mundo,lo primero que quisiste para la humanidad fue la luz: ¡Que se haga la luz!".¡Gracias, Señor, por la luz!¡Por todas las luces!Las luces de la calle, de los escaparates, casas e iglesias...También por las que recibimos por una mirada, en un gesto o en una buena palabra.En esta primera semana de Advientoquisiera encender la luz del Encuentro.La luz del Encuentro contigo, y con los demás también.Un momentito de tiempo pasado junto a Ti,y ya surge una pequeña llama.¡Enciende, Señor, mi corazón y mi mirada!No me quiero dormir...Quiero velar contigo a la luz de la llama de tu Amor.


SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 3,1-6
El año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, Herodes virrey de Galilea, Felipe su hermano virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, Anás y Caifás sumos sacerdotes, la palabra de Dios vino sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Recorrió toda la comarca del Jordán. Predicaba un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías:

«Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus sendas; todo barranco será colmado, los llanos serán elevados y los montes y colinas rebajados, vuélvase llano lo escabroso y recto lo torcido. Y todos verán la salvación de Dios».

Puede haber personas a nuestro alrededor que nos quieran ayudar a acoger a Jesús: nos hablan de Él, nos enseñan a rezar, contestan a nuestras preguntas...¿Les hacemos caso? ¿Llegan a nuestros oídos?Si tu tuvieras ocasión de gritar quien es Jesús y de que te gustaría arreglar el mundo, ¿qué gritarías?

ORACIÓN
¡No llaman la atención, pero están ahí!¡Son humildes, pero extraordinarios!siempre tienen palabras de bienvenida y de aliento. ¡Tienden la mano de buena gana, y sonríen amablemente!

Gracias, Señor, por estos testigos tuyos, estos mensajeros de tu luz, estos hombres y mujeres que preparan tu camino.

¡No echan grandes discursos, pero son puro detalle! Acogen sin reserva.

Gracias, Señor, por estos testigos tuyos, estos mensajeros de tu luz, estos hombres y mujeres que preparan tu camino.



TERCER DOMINGO DE ADVIENTO

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 3,10-18
La gente que acudía al bautismo de Juan le preguntaba:
«¿Qué hemos de hacer?».
Juan respondía:
«El que tenga dos túnicas, que le dé una al que no tiene; y lo mismo haga quien tiene comida».
Unos publicanos (recaudadores de impuestos) vinieron también a bautizarse y le preguntaron:
«Maestro ¿qué tenemos que hacer nosotros?».
Les dijo:
«No exijáis más de lo establecido».
Y unos soldados preguntaron:
«¿Qué hemos de hacer?».
Les contestó:
«No dañéis ni perjudiquéis a nadie, que os basta vuestra paga».
El pueblo estaba expectante y todos andaban preguntándose si Juan no sería el Mesías.
Juan dijo a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo. Y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego».

¿Qué hemos de hacer? Le preguntan a Juan y él nos contesta, a nosotros también, que hay que dejar nuestros egoísmos, olvidos y perezas y compartir de verdad y con todo el corazón.¿Estoy dispuesto a compartir mis cosas, mi tiempo... con mis compañeros, mis hermanos, mis papás...?

ORACIÓN
¡Abramos nuestras manos!

Hoy, este niño ha encendido la Luz del compartir.Esta Luz es más fuerte que la noche. Es como una estrella en el cielo, es una llama que calienta, el faro que alumbra.

Hoy, nuestras manos se convierten en sol. ¡Alegrémonos todos!Jesús «se invita» a nuestra casa.Es la Luz de Dios que se da y se multiplica sobre la Tierra.


CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 1,39-45

Entonces María se dirigió aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y en cuanto Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó dentro de ella. Isabel quedó llena del Espíritu Santo y exclamó gritando:

«¡Bendita tú entre los mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme?. Cuando escuché tu saludo, el niño saltó de alegría dentro de mí. ¡Dichosa tú que creíste que las palabras del Señor se cumplirían!».
María está tan contenta esperando a Jesús que no puede callarse esta noticia para ella sola y se va a ver a su prima Isabel. Allí la ayudará hasta que nazca su hijo Juan.¿Estamos nosotros también tan contentos que tenemos que contar a todos que Jesús viene un año más a quedarse con nosotros? ¿Estamos también dispuestos a ayudar a quien necesite apoyo a nuestro lado?

ORACIÓN

María, un día dijiste sí, y toda la humanidad entró en la Luz.

Te turbas, te preguntas y preguntas,pero tu corazón confía totalmente en la Promesa.

Dios habita en ti y te colma de gracia.Tu corazón sabe que nada es imposible para Dios. Tu «SÍ» es dicha, y tu gozo se comparte. Maravillada, corres a visitar a tu prima Isabel, que también espera un hijo.

¡Qué grande es el Señor!¡Que nuestros corazones se abran contigo a la Luz y salten y exulten de alegría!









Fuente