domingo, 16 de mayo de 2010

Pange Lingua

Pange Lingua es un himno eucarístico escrito por Santo Tomás de Aquino (1225-1274) para la festividad de Corpus Christi (Ahora llamada Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo). Este himno también es cantado en día Jueves Santo, de la Cena del Señor, durante la procesión con el Santísimo Sacramento desde la Iglesia hacia el monumento donde se da la Sagrada Bendición con el Santísimo Sacramento, y donde la reserva del mismo queda custodiada hasta el día siguiente (Viernes Santo). Parte de este himno, llamada Tantum Ergo, es cantada antes de la bendición solemne con el Santísimo Sacramento, efectuada al finalizar las adoraciones eucarísticas.

Este himno expresa de manera concreta la doctrina de la Transubstanciación, en la cual, de acuerdo al pensamiento católico, el pan y el vino, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Las palabras iniciales de esta famosa secuencia, escrita en el idioma oficial de la Iglesia Católica (Latín), son obra del poeta latino Venancio Fortunato. Éste comienza con la frase "Pange, lingua, gloriosi / Lauream certaminis", y es usada en alguna de las "Horas Canónicas", que son parte del Oficio divino.

Letra del Pange lingua
Pange, lingua, glóriosi
córporis mystérium,
sanguinisque pretiósi,
quem in mundi prétium
fructus ventris generósi

Rex effúdit géntium.
Nobis datis, nobis natus
ex intácta Vírgine,
et in mundo conversátus,
sparso verbi sémine,
sui moras incolátus
miro clausit órdine.

In suprémae nocte cenae
recúmbens cum frátribus,
observáta lege plene
cibis in legálibus,
cibum turbae duodénae
se dat suis mánibus.

Verbum caro panem verum
verbo carnem éfficit
fitque sanguis Christi merum,
et, si sensus déficit,
ad firmándum cor sincérum
sola fides súfficit.

Tantum ergo sacraméntum
venerémur cernui,
et antíquum documéntum
novo cedat ritui;
praestet fides supleméntum
sensuum deféctui.

Genitóri Genitóque
laus et iubilátio,
salus, honor, virtus quoque
sit et benedictio;
procedénti ab utróque
comparsit laudátio.

Amen.


CASTELLANO

Canta, lengua, el misterio del cuerpo glorioso
y de la sangre preciosa
que el Rey de la naciones,
fruto de un vientre generoso,
derramó como rescate del mundo.

Nos fue dada, nos nació
de una Virgen sin mancilla;
y después de pasar su vida en el mundo,
una vez esparcida la semilla de su palabra,
terminó el tiempo de su destierro
dando una admirable disposición.

En la noche de la última cena,
recostado a la mesa con los hermanos,
después de observar plenamente la ley
sobre la comida legal,
se da con sus propias manos
como alimento para los Doce.

El Verbo hecho carne
convierte con su palabra
el pan verdadero con su carne,
y el vino puro se convierte
en la sangre de Cristo.

Y aunque fallen los sentidos,
baste sólo la fe
para confirmar al corazón
recto en esa verdad.

Veneremos, pues, inclinados tan gran Sacramento;
y la antigua figura
ceda el puesto al nuevo rito;
la fe supla
la incapacidad de los sentidos.

Al Padre y al Hijo
sean dadas alabanza y júbilo,
salud, honor, poder y bendición;
una gloria igual sea dada al que de uno y de otro procede.
Amén